jueves, 31 de diciembre de 2009
miércoles, 30 de diciembre de 2009
casa vacía
la puerta cerrada,
tres vueltas de llave
fuera las botas y lo demás
pijama
silencio
el rumor del motor del acuario
más silencio
no hay respiraciones de seres dormidos
voces
ni sueños que guardar
sólo yo
y el silencio
sólo yo
y mi tristeza
viernes, 25 de diciembre de 2009
fantasmas
ilustración de Juan Palomino
martes, 22 de diciembre de 2009
perdida
Ilustración de Gabriel Pacheco
no conozco los caminos de mi ciudad nueva
deambulo por sus calles,
sin brújula,
con un mapa enrevesado
que no entiendo
los desconocidos sonríen,
me ignoran,
me besan,
me desorientan
y yo recorro el sendero,
a tientas,
encerrada
en mi pecera sin peces
lunes, 21 de diciembre de 2009
carta de un náufrago
Con el consentimiento de la nieve
caminaré despacio.
Alguien habrá que espere junto al fuego
y yo, que estaré ciega por el frío,
haré paradas breves,
sacudiré el paraguas y empezaré de nuevo.
El único secreto es no sentirse
inmensamente lleno de verdades.
No aceptar nunca las invitaciones
que la neblina
sugiere al anidar con sus disfraces
de paisaje feliz, de grandes sueños.
Alguien habrá que diga, se ha perdido,
alguien saldrá a buscarme,
y llevará el calor de una botella
donde podré mandarte este mensaje.
Ana Merino, en Los días gemelos. Visor, 1997
miércoles, 9 de diciembre de 2009
martes, 8 de diciembre de 2009
jueves, 3 de diciembre de 2009
martes, 1 de diciembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
martes, 24 de noviembre de 2009
jueves, 19 de noviembre de 2009
miércoles, 18 de noviembre de 2009
abismos
Hay días que bordeo el abandono,
ese tacto finísimo
de una despedida sin palabras.
Esa huida fugaz
de sombras sigilosas
por el atardecer.
Bordeo tantas cosas cada día
que me asusta
mi afición a los abismos,
ese anhelo que tengo
por buscar una puerta
en los espacios sin entrañas.
Ana Merino. La voz de los relojes. Visor Poesía, 2000
domingo, 15 de noviembre de 2009
mendiga voz
el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.
viernes, 13 de noviembre de 2009
jueves, 12 de noviembre de 2009
feeling good was good enough for me...
Primera grabación de Janis Joplin de Me and Bobby McGee en un estudio. Tarda en empezar, pero merece la pena.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
domingo, 8 de noviembre de 2009
sábado, 7 de noviembre de 2009
despedida
Me arropo con la fiebre
y no encuentro murmullo que despegue mis labios,
y todas esas bocas que mastican mi nombre
se cierran con los párpados caídos en la alfombra.
Y dentro de mis sueños mi lengua se divide,
y mis ojos se abren hacia un mundo ficticio
que encadena palabras y sombras sobre un pecho
ahogado en el perpetuo disfraz de la esperanza.
Ana Merino
martes, 3 de noviembre de 2009
tormenta
El cielo se empeña en cubrirse de nubarrones oscuros.
Una ilustración de Alicia Varela
domingo, 1 de noviembre de 2009
señoras y señores, con ustedes, Imelda May
a veces, es necesario encontrar algo que nos mantenga a flote
viernes, 30 de octubre de 2009
jueves, 29 de octubre de 2009
el muro de las sonrisas
Cuando el amor se aja
se marchita
se te vuelve amarillo
no hay remedio
sólo te queda la sonrisa.
Cuando te sientes sola
entre sus brazos
y tu piel es frontera
y no te brota el llanto
sólo te queda la sonrisa.
Cuando el canto se oxida
y el paisaje
y todo lo vivido
es un espectro
tu único refugio
es la sonrisa:
este muro cerrado
impenetrable
sin ayeres
sin hoy
sin mañanas
donde todos los sueños
se hacen trizas.
Claribel Alegría
martes, 27 de octubre de 2009
a mitad del viaje
Quisiéramos a veces volver a comenzar.
Tomar hilos pendientes
que dejamos hace años
y seguir el dibujo de otro modo.
Me equivoqué de puerta tantas veces
y entré
y estuve sola
y otras veces no entré
porque no pude.
Y en medio del paisaje
con frecuencia me asalta una nostalgia
y si estoy desemparada
y recuerdo
ventanas
y sonrisas
y yo pasé de largo.
Es inútil pensar en el regreso.
Seguiré más despacio
y cuando venga el día de atar nudos
podré ver hacia atrás
y quizá encuentre un dibujo insospechado.
Claribel Alegría
domingo, 25 de octubre de 2009
sábado, 24 de octubre de 2009
todo fue dicho cien veces
TODO FUE DICHO CIEN VECES
Y MUCHO MEJOR QUE POR MI.
ENTONCES CUANDO ESCRIBO VERSOS
ME DIVIERTO
ME DIVIERTO
ME DIVIERTO, Y ME CAGO EN VOS.
boris vian
viernes, 23 de octubre de 2009
miércoles, 21 de octubre de 2009
Espantapájaros
Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros.
Llorar la digestión. Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las
veredas y los paseos, y salvarnos, a nado,
de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo..si es verdad
que los cacuíes y los
cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo
con la nariz, con las rodillas. Llorarlo
por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Oliveiro Girondo
A SOLAS
Es la primera vez que le pasa. Después de tantos años. No puede apartar ese pensamiento de la cabeza. Sube despacio por la escalera, casi a tientas, porque la carpa está a oscuras y sólo ha querido encender un pequeño foco. La luz mínima para no caerse.
Por fin llega a su trapecio, su casa. No se tira. Se desliza suavemente, con el impuso mínimo para no balancearse demasiado. Hoy necesita la quietud, el reposo. Volver a sentirse sola. Recuperar el control para que no vuelva a ocurrir, para que el mundo no tiemble a sus pies y se derrumbe.
Es la primera vez que le pasa. Después de tanto tiempo. “Nunca tuve miedo”, piensa mientras el trapecio pierde movimiento. Y es verdad. Volar mientras todos contienen la respiración es algo natural en ella. Ya la primera vez que subió pidió que no le pusieran red. Sabía que sólo tenía que creer firmemente que no se iba a caer. Confiar en sí misma a ciegas. En su fortaleza, su equilibrio, en su destreza, en su soledad. Mantener el control, a pesar de la fragilidad. Siempre le había funcionado. Siempre. Hasta aquella noche.
Tenía que haberse negado; haber hecho las maletas y haberse ido cuando le dijeron que a partir de entonces tendría que compartir el trapecio. Pero no lo hizo, y ahora está perdida: tiene que saltar y dejarse llevar.
La oscuridad empieza a desvanecerse poco a poco. Le queda poco tiempo, tiene que decidir.
El lanzador de cuchillos está a punto de llegar.