actos de fe
Nos engañaríamos si no nos mintiésemos,
si no diéramos paseos con el mismo afán
con el que un hombre da la vuelta al mundo,
si no llegáramos a ver
tras la gris muralla de la rutina
los diáfanos templos que se yerguen en el mar
y tuviéramos que reconocer
que todo es simplemente tal y como parece.
Qué pobre representación
sería entonces nuestra vida
sin esa suerte de imaginarios decorados
que nos regala un paisaje, el amor, un libro,
sin esa infinita piedad
de saber que la vida esconde
imperios de luz detrás de las sombras,
como habita, agazapada bajo el canto triste,
la profunda semilla de lo alegre.
José Gutiérrez Román
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