un poema que trajo la lluvia
dentro de este silencio
de este laberinto oscuro que recorro buscando una puerta
de este bosque sin viento ni canto de pájaros
de este mar sin olas rompientes
de esta casa vacía, tan llena de cosas inútiles, sólo mías
dentro de este silencio
donde me busco
me despierto
me persigo
me detengo
me escucho
me repliego
donde me siento y pienso:
“nadie se ha muerto de amor, todavía”
dentro de este silencio
aquí
a partir de este instante
me decido:
saldré mañana
trazaré una línea infinita
de conchas y piedras recogidas en la arena
y dejaré de esperar
que salgas a buscarme.
2 comentarios:
buena suerte!
Preciosísimo poema!!! Las esperas se hacen interminables. Sal tú y busca nuevos horizontes de increíbles paisajes.
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