martes, 30 de marzo de 2010

un poema que trajo la lluvia

dentro de este silencio
de este laberinto oscuro que recorro buscando una puerta
de este bosque sin viento ni canto de pájaros
de este mar sin olas rompientes
de esta casa vacía, tan llena de cosas inútiles, sólo mías

dentro de este silencio
donde me busco
me despierto
me persigo
me detengo
me escucho
me repliego

donde me siento y pienso:
“nadie se ha muerto de amor, todavía”

dentro de este silencio
aquí
a partir de este instante
me decido:
saldré mañana

trazaré una línea infinita
de conchas y piedras recogidas en la arena
y dejaré de esperar
que salgas a buscarme.

2 comentarios:

la chica de las biscotelas 30 de marzo de 2010, 13:07  

buena suerte!

Anónimo 4 de abril de 2010, 18:54  

Preciosísimo poema!!! Las esperas se hacen interminables. Sal tú y busca nuevos horizontes de increíbles paisajes.