viernes, 26 de febrero de 2010

angustia

En una oscura cuchillería de la calle Ayacucho, pregunté cuánto costaban unas tijeras para cortar la angustia:
-Cuatro arañas de hoja de banano- contestó el armero.
Me parecen caras. Sigo con la angustia.

Saúl Yurkievich, Trampantojos.

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